Fue un maestro, pedagogo, escritor, editor y promotor cultural. Emigra hacia Cuba por su posición antifranquista, entre aquellos cientos de emigrantes que se vieron obligados a partir hacia el exilio, tras el fin de la guerra civil española. A principios de 1959, Armando Hart, recién designado ministro de Educación, hizo venir de Santiago de Cuba a un puñado de pedagogos con experiencia y prestigio, para conformar el equipo de trabajo que echaría las bases de una obra colosal: la Campaña de Alfabetización. Almendros es uno de ellos, e inmediatamente es nombrado Director General de Educación Rural. Sobre aquel período fundacional, dejó su testimonio en un texto de 1963: La Escuela Moderna: ¿reacción o progreso? Desde este puesto impulsó la publicación de libros de lectura para niños en los que supo conjugar el atractivo de la Historia con la calidad literaria y la intencionalidad educativa.