(La Habana, 1938), inspirado en las ricas y naturales vivencias cotidianas de su padre -Manuel Copa Otero-, que laboró gran parte de su vida en los tranvías como trabajador de plataforma (conductor) y los constantes paseos en que lo acompañaba, se sintió inspirado a plasmarlas para las futuras generaciones en blanco y negro, por lo que le solicitó su opinión al talentoso escritor, Leonardo Depestre Catony. Su respuesta obligó a este ingeniero industrial, ya jubilado, a sentarse frente a la máquina y hacer sus primeros pininos para nuestro disfrute.